SANTIAGUEÑO, EL TERCER PATO AL AGUA

Freudlauskas sabiamente la denomina crisis treintagenaria, que por demás se le vino encima a Santiagueño. Luego se superar con honores lo que llaman los españoles la edad del pavo, para comenzar su metamorfosis a pato treintagenario. La esperanza de la segunda generación de sobrinos se apresta a comenzar una nueva etapa.

Y no es solo la esperanza de su generación. En él están centradas las esperanzas del ya truncado árbol genealógico Jaramillo que desde agosto de 1996 no se manifiesta con otro retoño. Quizás con un reconstituyente y una dosis de triple 15 los genes del altiplano cundí boyacense combinados con los cosmopolitan-vanidades de su madre se conviertan en la esperanza para que la familia no desaparezca para finales del siglo 21 y ese fantasma que nos persigue: que ningún miembro le toque el esperado fin del mundo y no este allí para contarlo, desaparezca de nuestro imaginario.

Siguiendo los designios del típico hijo latinoamericano, Santiagueño habito en casa de sus padres durante el agitado y prolongado periodo del pavo, sobreviviendo primero a las exigentes dietas de fakir que le suministrara su madre rica en vegetales que virtualmente suplantan las fuentes de proteína animal y que por poco lo dejan como Alan jara. Afortunadamente los buenos oficios y los productos congelados Pomona que su padre le suministrara en el ocaso de su etapa como gigoló y soltero codiciado, lograron al menos recuperar el colorcito en su piel.

Inspirado en el gaiano pionero de los concubinatos de la década del 70 y siguiendo la senda de otras uniones experimentales del reino unido protagonizados por loperita fat y semi-fat, santiagueño se arma de valor para por fin destetarse e iniciar su vida autónoma. Nunca es tarde decía mi abuelito.

En la triste despedida de su ultimo hotel papa, trapo lo miro a los ojos y pronunciando las clásicas frases le dijo en tono grave: pero mijo donde va vivir?, pero mijo de que va vivir?, pero mijo que va comer?, pero mijo que esta esperando pa irse.

Esta nota debía ser escrita por Lucia, la directora de la sección social de este semanario, pero al igual que el sexagenario director de la sección política han preferido la pasividad y el silencio en los últimos tiempos, ante chivas periodísticas de esta envergadura.

El Drummondvillano felicita pues a los nuevos patos al agua de la reacia y beata sobrinamenta y les desea mucha felicidad en esta nueva etapa de sus vidas. Mijito, por fin comidita normal, frijolitos, sancochito y la sopita caliente esperándote todos los días de regreso de tu arduo trabajo. Aleluya.